¿Y si Superman no hubiese llegado desde Kripton?

Muchos no saben que Jerry Siegel había considerado que el Hombre de Acero no fuese un extraterrestre, sino un viajero del tiempo.

 La historia es mundialmente conocida. Siendo una guagua, los padres de Kal-El lo ponen a bordo de una nave espacial que despega desde su agónico Kripton, con destino a un lejano y primitivo planeta llamado Tierra. Un mundo en el cual crecerá expuesto a los rayos de un sol amarillo, en vez del sol rojo de su sistema solar de origen. Y esa será la clave para que su metabolismo se vuelva súper poderoso, adquiriendo súper velocidad, súper visión, la capacidad de volar, etc.

De esta forma, el escritor Jerry Siegel y el artista JoeShuster, dos amigos de la secundaria que vivían en Ohio (1933), fueron los responsables de dar vida al superhéroe más famoso del mundo del cómic. Un personaje que a partir de su primera publicación en la revista Detective Comics (posteriormente se llamaría DC) en 1938, sería fuente de inspiración constante para muchos otros personajes e iniciaba su popularización a través de la radio, las tiras cómicas de los diarios, el cine y, posteriormente, la televisión y los videojuegos.

Sin embargo, lo que no todos saben es que Jerry Siegel había considerado un origen completamente distinto para Superman. No sería un extraterrestre, sino que sería enviado desde un lejano futuro al pasado, como una forma de salvarlo de la destrucción del mundo. Una idea que finalmente no prosperó.

Era 1934, cuatro años antes de que Superman llegara a su casa editorial definitiva. Y Jerry Siegel estaba desesperado por encontrar un nuevo dibujante, ya que Joe Shuster había tenido que abandonar temporalmente su colaboración con Siegel. Entonces, este último decidió escribirle al artista Russell Keaton, quien por esa fecha trabajaba en “Buck Rogers”.

En una carta fechada el 12 de junio de 1934, Siegel le dice a Keaton que la base de toda la trama es un niño con súper poderes, los que descubre a una temprana edad. Pero que al mismo tiempo despierta la preocupación y rechazo de padres y niños. La gente lo odia y le teme. ¿Pero cómo nace un personaje así?

En la carta Siegel detalla sus ideas para la tira cómica dominical. Todo comienza en un laboratorio en el que el último hombre de la Tierra, en un lejano futuro, trabaja de manera frenética. Enormes cataclismos están destruyendo el planeta y a la humanidad. Entonces coloca a su pequeño hijo en una máquina del tiempo compacta que ha terminado de construir. Y la envía a otra época justo cuando las murallas del laboratorio se derrumban sobre él.

La máquina del tiempo cruza los siglos hacia el pasado hasta llegar al “primitivo” 1935 d.C., donde un motociclista encuentra el cilindro y dentro de él a un bebé durmiendo. El pequeño acaba en un orfanato, donde el primer día dobla los barrotes de su cuna, ya que él es producto de millones de años de evolución humana. Es un súper hombre.

Siegel sugiere escenas, como que a los 5 años un muchacho mayor lo moleste, ante lo cual Clark lo toma y lo envía a volar por el cielo. También que a los 12 ya logre enormes saltos que cuando adulto le permitirán brincar los edificios más altos. Finalmente, siendo ya un adulto, Clark Kent decide dedicar todo su poder a beneficiar a la humanidad.

Luego, en la carta Siegel le pide a Keaton que le diga si le interesa el proyecto y que está abierto a las sugerencias. Y la firma como Jerome Siegel.

 ¿Superman habría logrado el mismo éxito mundial si efectivamente su origen hubiese sido un lejano futuro en vez de provenir de otro planeta? ¿Qué habría preferido el público? Preguntas que vale la pena considerar, sobre todo con el estreno de la nueva versión cinematográfica de Superman, de la mano del director Zack Snyder y Christopher Nolan, responsable de la última trilogía de Batman.